Desde que empecé con el podcast, siempre echo un vistazo a las noticias de Japón. Hay noticias que me llaman la atención, me inspiran y extrajo temas. Pero no siempre puedo tratar en mi podcast. Y este post es uno de esos temas.
La realidad supera la ficción. Muchos habíamos oído esta frase. Y también muchos pensamos que es cierto. Aquí os muestro de nuevo.
El ciberacoso: una plaga moderna
En la era de las redes sociales y la conectividad constante, apareció un mal llamado «el ciberacoso», y se ha convertido en un problema alarmante y prevalente en nuestra sociedad. En realidad, el acoso siempre existía. Pero lo peor del internet es el anonimato. Con solo unos pocos clics, uno puede difundir información falsa, insultos y críticas destructivas que pueden tener un impacto devastador en la vida de alguien. El ciberacoso se ha convertido en una plaga moderna, dejando a sus víctimas con cicatrices emocionales y, a veces, incluso conduciendo a trágicas consecuencias.
Según una encuesta de 2023 del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones de Japón, el 18% de los usuarios de RRSS han experimentado ciberacoso en el último año. También según los datos del mismo Ministerio, en el año 2022 el número de usuarios de las RRSS es 102 millones de personas. Esto significa que uno de cada cinco usuarios ha sido objeto de ataques maliciosos y dañinos. El ciberacoso no discrimina y puede afectar a personas de todas las edades, géneros y orígenes.
«Fui asesinada por el ciberacoso en línea, mi vida fue destruida.»
Esta es la historia de una persona que fue destruida por el ciberacoso. Se llama Shigemi Takahashi, una ex presentadora de noticias.
Empezó como modelo y después de una exitosa carrera en la televisión, Takahashi se encontró en el centro de una tormenta de ciberacoso y difamación en internet que cambió su vida para siempre. Su calvario comenzó con el acoso de un conocido, que rápidamente se intensificó hasta convertirse en una avalancha de amenazas y acusaciones falsas en línea.
Su historia es un recordatorio impactante de lo fácil que es convertirse en víctima del ciberacoso y de cómo puede afectar incluso a las personas más exitosas y respetadas.
La historia de resistencia
Shigemi Takahashi era una conocida y respetada presentadora de noticias en Japón. Presentaba el tiempo en un programa del canal a nivel nacional, por lo que su rostro era muy familiar para millones de espectadores. Con una carrera de más de 30 años, ella se había ganado el respeto en la industria como una periodista.
Inicio del infierno
Todo comenzó cuando ella tenía 50 años. Ella era presentadora de un programa de carrera de caballos. Ella comenzó a recibir mensajes de un hombre que conoció a través de un trabajador del programa. El hombre buscaba su consejo sobre un problema. Al principio, los mensajes parecían inofensivos, pero pronto se convirtieron en demandas insistentes de quedar en persona. Cuando ella declinó amablemente, la situación dio un giro.
El hombre comenzó a acosarla, enviando cientos de amenazas y mensajes intimidantes.
«Si no aceptas quedar conmigo, publicaré las peores mentiras sobre ti en Internet. Te destruiré socialmente.»
Así amenazó a ella.
Las llamadas telefónicas y los correos electrónicos se convirtieron en una rutina diaria, llenos de insultos y acusaciones falsas. Takahashi fue acusada de engaños y robos. Desde luego, todo mentira. Pero estas mentiras pronto se extendieron como un incendio forestal en las Redes Sociales y en los foros anónimos. La presentadora de noticias se encontró en el centro de una tormenta de ciberacoso, con su nombre y reputación manchados por historias inventadas.
Las acusaciones falsas no solo afectaron su carrera, sino que también invadieron su vida personal. Takahashi comenzó a recibir mensajes de odio y amenazas de muerte de múltiples cuentas anónimas. Su dirección y número de teléfono personal fueron expuestos en internet, lo que la hizo sentir vulnerable y asustada.
Fue atacada en internet con insultos como ‘Vieja de mierda que engaña a los hombres y les roba su dinero’. Además, los colegas con los que trabajaba en el programa publicaron de repente en las Redes Sociales críticas que le culpaban como agresora / culpable. El acoso constante afectó gravemente su salud mental, llevándola a un profundo estado de ansiedad y depresión.
Las acusaciones eran totalmente falsas. Ella presentó una denuncia y el hombre fue detenido. En las noticias no salió el nombre de ella. Pero los datos que estaban en las noticias, fueron suficiente para que todos pensaran en su nombre.
«Antes de su arresto, el hombre publicó en su blog que estábamos comprometidos y que lo había engañado y usado su tarjeta de crédito sin su consentimiento por un valor de 20 millones de yenes. Estas mentiras se difundieron en foros anónimos, y de repente me convertí en la villana de la historia.»
Comenta ella.
«Pensé en suicidarme muchas vece. Me sentía atrapada en un agujero negro de dolor y miedo. No podía escapar de las mentiras y los insultos que se decían sobre mí.»
Confesó.
La situación se intensificó aún más cuando el acosador murió repentinamente en un accidente. Las noticias de su muerte se difundieron en internet, pero sugirieron que su muerte fue un suicidio debido al arresto, culpando a Takahashi por su muerte. El Internet estalló en furia. Ella fue culpada y acusada de su muerte. Los trolls de Internet la atacaron sin piedad, acusándola de empujarlo al suicidio. La difamación y el acoso en línea se intensificaron. Como resultado, fue despedida del programa de carreras de bicicletas y se vio obligada a abandonar su trabajo como presentadora de noticias. Ella perdió todos sus trabajos, así, su medio de vida. El acosador había cumplido su promesa de destruir su vida.
«Mis relaciones sociales desaparecieron. Mi móvil estaba inundado de mensajes diarios de múltiples cuentas anónimas, llamándome ‘asesina’ y preguntándome a qué hora me ahorcaría ese día. Los rumores se extendieron por mi ciudad, y me aterrorizaba la idea de salir y encontrarme con alguien.»
«El acoso anónimo era como ser apuñalado en la oscuridad con una lanza. Sentía un dolor y un miedo intensos. Recibía paquetes no pedidos en mi casa, las llamadas no cesaban. Incluso encontré el cadáver de un gato decapitado en mi jardín. Pensé que alguien me iba a matar.»
Comenta Takahashi.
Pasó muchas veces por su cabeza la idea de suicidarse para escapar de ese infierno. Pero poco antes del incidente, su madre había fallecido, y llevar a cabo su idea era dejar solo a su padre.
La transformación
Después del incidente, el acoso continuó durante más de un año. Takahashi había estado en un estado de shock y había perdido sus emociones. Pero una noticia en particular marcó un punto de inflexión para Takahashi.
La noticia fue del suicidio de un estudiante de primaria debido al acoso y al ciberacoso. Esta noticia la afectó profundamente. En ese momento, sintió el impulso de proteger a los niños del acoso.
Curiosamente, su abuelo materno era monje budista, concretamente de la Escuela budista del Tentai. Y antes consideró convertirse en monja también, algo que había estado en su mente desde hacía tiempo. Esta noticia la llevó a considerar seriamente convertirse en monja, .
«Resulta que mi abuelo materno era monje de la Escuela budista del Tentai, y desde mi infancia había admirado su camino. A los 46 años, cuando aún era presentadora de noticias, ya había completado la ceremonia de ‘tokudo’, que es el primer paso para convertirse en monje. Sin embargo, no pude completar la formación monástica posterior debido a mi apretada agenda laboral.»
Takahashi encontró motivación en su pérdida y decidió que era el momento de seguir los pasos de su abuelo. Su pelo le llegaba hasta la cintura. Pero en 2017, se rapó el cabello y emprendió un riguroso entrenamiento de 60 días en el Templo Enryaku, en el Monte Hiei. La formación fue tan exigente que perdió 14 kilos. Al finalizar, sintió que había escapado del infierno y había renacido.
Nueva etapa de su vida
Cambió su nombre legal a «Mikiyo Takahashi» y, al mismo tiempo que comenzaba su nueva vida, decidió confrontar a sus acosadores. La policía había identificado a cuatro hombres que escribieron mensajes amenazantes dirigidos a Takahashi. Entre ellos se encontraba un graduado de una universidad de primerísimo nivel.
Ella les preguntó sus motivos:
«Queríamos castigar a una mujer malvada que había matado a alguien.»
Exhibían un sentido de la justicia retorcido y se jactaban de sus acciones. Takahashi les contó en detalle cómo sus vidas habían sido destruidas por el ciberacoso. Pero ella acabó agradeciéndoles.
«Gracias a sus horribles insultos, pude convertirme en una monja oficial. Les agradezco por eso.»
Creo que una de las características de una persona resiliente es tener la gratitud.
Su labor como monja
Takahashi había encontrado la paz al perdonar a sus acosadores, pero en 2020 quedó impactada al enterarse de la noticia del suicidio de Hana Kimura, una luchadora profesional que no pudo soportar el acoso y los insultos en las redes sociales. Hana Kimura participó en un Reality. Un conflicto en un episodio, una discusión con otro participante, provocó que Kimura recibiera críticas, insultos y ciberacoso. Acabó quitándose la vida. Esta noticia tuvo gran impacto a nivel internacional.
Takahashi decidió levantar la voz, y eligió revelar su rostro y compartir su historia en las redes sociales.
«Si nadie detiene a quienes escriben estos comentarios dañinos, las víctimas pueden terminar quitándose la vida. Ya no puedo quedarme callada.»
«Si estás de mal humor, no publiques en Internet.»
«Si te sientes cabreado o de mal humor, abstente de publicar en Internet. Si escribes algo en ese estado, detente antes de publicarlo y tómate un tiempo para releerlo con calma.»
Takahashi deseaba crear ‘un refugio’ para las víctimas. En 2020 creó un nuevo templo llamado ‘Tendozo Shobozan Shimgetsuin Jingoji’ en la ciudad de Isezaki, en la prefectura de Gunma, y se convirtió en su sacerdotisa jefa. Ahora, recibe consultas de todo el país.
«Como solución, puedes presentar un informe a la policía y llevar el caso a los tribunales, pero no lo recomiendo. Lleva tiempo, esfuerzo y dinero, y al final no obtienes nada a cambio.»
«Otra forma de lidiar con esto es olvidar. Si puedes distanciarte y observar tu estado de ser dominado por el acoso, te darás cuenta de que dejar ir el resentimiento te traerá paz. Estoy aquí para escucharte y ayudarte a través de este proceso.»
«A veces, en lugar de pelear con el agresor, es más efectivo hacer las paces contigo mismo.»
Comenta Takahashi.
A pesar de su terrible experiencia, Takahashi aún cree en la bondad innata de las personas.
‘Lluminar un rincón’. una enseñanza de la Escuela budista del Tentai. Esto significa que cada uno de nosotros puede brillar en nuestro propio espacio y, al hacerlo, iluminar el mundo que nos rodea. Todos tenemos la capacidad de ser amables y brillar. Espero que, al interactuar en internet, podamos recordar tratar a los demás con la misma amabilidad que mostramos a nuestros seres queridos.»
Lecciones y reflexiones
Shigemi Takahashi, ahora Mikiyo Takahashi. Era modelo, y luego pasó al mundo de tele como presentadora. Su vida cambió simplemente por unos comentarios de usuarios anónimos. Todos falsos. Pero todos los justicieros de internet, le acosó sin pruebas.
En internet existe una sociedad muy parecida a la que conocemos. Pero la diferencia es que supuestamente el anonimato está asegurado. Cuando la identidad está oculta, una persona puede ser muy cruel. Y creo que en ese sentido desde muchísimo antes, no hemos cambiado. Pienso que es una de nuestras naturalezas.
Reconocerla, mirar esa naturaleza con los propios ojos significa ser fuerte. Y sabiéndola, creo que podemos actuar mejor.
De todas formas, creo que es muy difícil, o casi imposible olvidar. Los sentimientos negativos, las emociones negativas perduran y se acuerda más que los positivos.
Para eso, es mejor estudiar japonés para distraerte. (es broma 😜)
Problema complejo, ¿solución simple?
¿Estuviste en una situación similar a la de Takahashi? (Espero que no.)
¿Recibiste el odio sin motivo por parte de alguien?
Antes de publicar,¿ te paras un momento y piensas?
Yo de momento no recibí ni insultos ni amenazas ni hates. Pero estoy convencido de que sí que los hubo. Simplemente no me enteré. Estoy en las redes sociales pero las miro para «buscar» tema del que hablar y apenas miro otras cosas.
Pero si recibiera insultos, ¿qué haría? Sinceramente, no lo sé. Igual me afecta mucho, o no me afecta para nada. Sé que no soy gran cosa. Pero eso no quiere decir que yo tenga una autoestima muy baja. No soy gran cosa, por eso me tengo que esforzar día a día, por eso no quiero parar de mejorar y crecer. Aunque llegue a un nivel alto, estaré diciendo que no soy gran cosa porque tengo miedo de que una vez que estoy «contento», ya no puedo mejorar.
La empatía y el sentido común. Creo que ya había sido repetida varias veces estas palabras. Y las que nos falta.
Fuentes;
https://www.jprime.jp/articles/-/32042?display=b
https://mainichi.jp/articles/20201123/k00/00m/040/094000c